El marcaje de aves con geolocalizadores destapa los secretos de la migración
Las nuevas tecnologías aplicadas al seguimiento de las aves migratorias han permitido en los últimos años la recopilación de enormes cantidades de datos de interés científico sobre sus rutas, migración, lugares de invernada o puntos de alimentación.
Emisores vía satélite o de telefonía móvil, geolocalizadores o data-loggers proporcionan en la actualidad una información «fundamental» para la conservación a escala mundial de muchas especies de aves migratorias, algunas tan populares como la cigüeña o el vencejo, y de sus hábitats.
Con motivo de la celebración hoy del Día Mundial de las Aves Migratorias (World Migratory Bird Day), SEO/BirdLife ha hecho públicos algunos de los datos obtenidos a través de su programa Migra, puesto en marcha en 2011 con la colaboración de Fundación Iberdrola y que ha permitido colocar dispositivos a 544 aves de 26 especies diferentes.
El responsable del Área de Seguimiento de la Avifauna de la organización, Juan Carlos del Moral, ha explicado a EFE que hasta ahora no se disponía de información precisa de los movimientos migratorios, que hoy día «son conocidos al detalle y se ponen a disposición de todos los públicos en nuestra página web».
Del Moral ha animado a los ciudadanos a «acercarse al impresionante fenómeno de la migración de las aves y descubrir cómo pájaros de apenas unas decenas de gramos son capaces de viajar miles de kilómetros entre continentes sorteando todo tipo de peligros».
Por su parte, Javier de la Puente, fundador de la Estación de Anillamiento de Las Minas, en San Martín de la Vega (Madrid), ha explicado que «estas pequeñas mochilas» que portan las aves durante uno a cuatro años facilitan datos diarios, a veces hasta en dos ocasiones, de enorme interés científico.
Los avances tecnológicos han permitido que estos dispositivos sean cada vez más pequeños, ha añadido, «de unas dimensiones impensables hace sólo tres o cuatro años».
El programa Migra de SEO/BirdLife ha permitido identificar, por ejemplo, los puntos de invernada del águila calzada, algunos de cuyos ejemplares viajan 3.000 kilómetros hasta el Sahel africano, mientras que otros invernan en el Levante español.
En el caso de la cigüeña blanca, el marcaje de 60 ejemplares puso de manifiesto que los arrozales y basureros constituyen ya una nueva fuente de alimentación que les permite soportar el invierno en la península sin necesidad de viajar hasta el África subsahariana.
El seguimiento de un buitre negro marcado cuando aún era un pollo y los datos obtenidos de la instalación de una cámara web en su nido aportó muchos más datos sobre esta especie, en peligro de extinción.
O el marcaje de un vencejo, al que le fue instalado un geolocalizador de 0,6 gramos de peso, permitió descubrir que esta especie, de tan sólo 50 gramos, es capaz de viajar más de 9.000 kilómetros en dos meses hasta sus zonas de invernada en África.
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