En los años 70-80 se plantaron muchos pinos, en su mayor parte piñoneros, en muchas ciudades y pueblos de nuestra geografía. La mayoría procedían de viveros en los que se cultivaba en bolsa de plástico. Este tipo de contenedor, sin costillas, ni ángulos, genera un sistema radicular deformado por el crecimiento circular de las raíces que se mantiene a lo largo de los años (Referencias: Dominguez Lerena, S. 2016. Deformaciones producidas por el cultivo en envase de plantas de Pinus halepensis y Pinus pinea después de cinco años en campo. Revista FORESTA Nº65)
En algunos casos, estas deformaciones, años después pueden llegar a producir la falta de anclaje adecuado a la planta y generar puntos de rotura en el propio cepellón, produciendo la caída súbita de grandes pinos, generalmente aislados y con una gran copa.

Imagen 1. Crecimiento deformado del sistema radicular de un pino criado en bolsa de plástico durante el periodo de vivero.

Imagen 3.- Caída de pino en jardín por rotura de raíz principal a causa de deformaciones producidas en el cultivo de vivero.
El problema es que este importante defecto no da síntomas claros en el exterior y para poder detectarlo es preciso utilizar técnicas de análisis del sistema radicular concretas y costosas.
Para poder llevar a cabo el análisis de raíces se lleva a cabo un estudio visual, con desenterramiento de parte de la zona del cuello de la raíz bien manualmente, bien mediante sistema de aire comprimido (Air-Spade), también se puede estudiar el desarrollo del sistema radicular superficial mediante un tomógrafo sónico añadiendo una lanza para la medición de raíces.
Es muy importante, tanto el estudio de vientos dominantes y la frecuencia histórica de los mismos, como los vientos y su incidencia a nivel local, teniendo en cuenta la altura de los edificios o zonas de protección en cada uno de los puntos críticos del árbol. Así mismo, hay que considerar si el árbol se encuentra aislado o agrupados en bosquete y se protegen unos a otros formando todas sus copas una estructura conjunta frente al viento. Si el árbol se encuentra protegido frente al viento, el efecto vela desaparece y la probabilidad de caída es mínima.

Gráfico 1. Ejemplo de tabla con rachas máximas diarias y velocidad media del viento en los últimos 11 años de la zona de estudio.

Gráfico 3.- Posición de los puntos en donde se ha tomado muestras con el sensor de raíces superficiales y estado y localización de raíces.
Los gráficos sacados del sensor de raíces pueden corroborar algunos datos recogidos con el examen visual o desenterramiento de raíces, como las señales débiles que se muestran en cada una de las raíces testadas, con escasas conexiones con los demás sensores, o bien las zonas con peor estado de la madera (color rojo) de las raíces de las zonas en donde se han detectado grietas.

Imagen 6.- Raíz revirada en la base del tronco que ha ocasionado una deformación del tronco en el cuello de la raíz del árbol.
En el caso de que se detecten raíces reviradas alrededor del tronco del árbol, bien mediante excavación manual, bien mediante aire a presión se puede valorar el corte de aquellas que rodeen al tronco más allá de los 180º ya que estás son las que pueden considerarse más peligrosas para la estabilidad presente o futura del árbol.
Nuestra experiencia nos obliga a recomendar la evaluación de los pinos que se tienen en parques, jardines, colegios y zonas de paso, sobre todo en aquellas que exista afluencia de personas o elementos valiosos que se desea preservar para evitar males mayores a futuro.
Suscribete a nuestra web